5 frases que no desearías escuchar de los docentes de tus hijos

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Siempre he criticado el sistema educativo actual, y lo critico porque cada año compruebo que no cumple su función y que tampoco se está otorgando desde el gobierno la atención que merece la educación en un país. En este pequeño post os muestro 5 frases que seguramente nunca os digan los profesores de vuestros hijos. Son 5 frases que esconden debilidades del sistema educativo.

Si no lo has leído todavía, te recomiendo leer también este otro post sobre la escuela bulímica, para poder entender mejor este artículo.

Ahora empecemos por las frases…

1. Tu hijo es muy creativo, pero lamentablemente desde el aula no vamos a poder trabajar para potenciar ese don

El propio currículo educativo estableciendo una condensada carga de contenidos inhibe cualquier tipo de trabajo de potenciación de la creatividad, pese a los esfuerzos que hacen muchos docentes. Es suficiente con ver las escasas horas semanales de plástica, música, Educación artística o Educación Física para darse cuenta del menosprecio hacia la creatividad, ya que son estas las mejores materias para trabajar esta capacidad.

2. La discapacidad o atención que requiere tu hijo es un problema para este centro

Tener un hijo con discapacidad es un problema, no por la discapacidad que eso es lo de menos, sino porque el problema radica en la sociedad y en el propio sistema. A veces hablamos de inclusión educativa cuando todavía no hemos sido capaces de articular la integración educativa. Un niño con discapacidad en una escuela ordinaria es un obstáculo para el sistema, puede resultar duro decirlo así, pero es la realidad que viven muchas familias, centros sin recursos materiales, económicos, de infraestructuras, humanos… Al final, solo unas pocas familias valientes y con ganas de luchar  acaban en los juzgados peleando por un tratamiento digno por parte de la administración educativa para su hijo y buscando los mismos derechos que los demás niños. Y son estos juzgados quienes en una gran mayoría de los casos fallan a favor de las familias.

3. Tu hijo ha suspendido el examen pero no fue su culpa, es culpa del sistema que nos obliga a ir a toda velocidad con las explicaciones en clase para poder acabar el temario

Esta situación es muy típica, ver a profesores agobiados por acabar el extenso currículo, decenas y cientos de datos que necesitan ser memorizados en tiempo récord para poder otorgar una calificación a cada niño y que cada 3 meses la lleven a su casa demostrando a sus familias si son buenas máquinas de memorizar o no, y perdiendo muchas veces el gusto y placer por aprender, apagando el interés por los contenidos y materias y odiando poco a poco la escuela.

4. Seguramente tu hijo se aburra en clase porque lo utilizo para enseñar a otros niños que saben menos

Con la elevada ratio de alumnos por aula y la escasez  de contratación de profesorado, muchos profes se ven condenados a utilizar métodos de enseñanza donde un alumno con un ritmo de aprendizaje más alto enseñe o ayude a realizar las tareas a otro niño con menor ritmo de aprendizaje. Visto así parece un buen acto de altruismo y solidaridad e incluso lo podemos justificar como un buen medio para trabajar la cooperación, pero si el sistema tuviese una menor ratio de alumnado y un mayor número de profesores de apoyo ese niño no tendría que ralentizar su propio ritmo natural de aprendizaje o bloquearlo para poder actuar como un pseudoprofe, rol que no le toca a esas edades. Así es como muchos niños con talento y altas capacidades afirman aburrirse en clase.

5. Me encantaría hacer muchísimas cosas con mis alumnos pero me falta tiempo y recursos, además de que puedo recibir críticas de mis compañeros

Hay muchísimos profesores que tienen la docencia no como profesión sino como pasión. Y esto se traduce en la generación de miles de ideas que desean llevar a cabo con su alumnado pero que muchas de ellas se desvanecen cuando son criticados por sus propios compañeros o equipos directivos, cuando les falta tiempo para hacerlas y tienen que dedicárselo a la alta carga burocrática, cuando no tienen los recursos que necesitan y poco a poco observan en su cuenta bancaria como gastan su dinero en material para los niños. 

Es la cara opuesta de los profesores que buscan solo fichar y aislarse de la escuela al llegar a su casa. 

A modo de reflexión…

 Al final, siempre lo pagan los docentes que junto al alumnado se convierten en las mayores víctimas del sistema educativo. Un sistema que sigue generando dudas en su estructura y función aportando poco para la construcción de una sociedad sólida, con personas con un gran capital humano y sin problemas de salud, sociales, psíquicos, afectivos y emocionales.


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