Muchas veces, los padres caemos en el error de hablar de las cosas que no nos gustan de nuestros hijos. Pero…¿Te has detenido a pensar alguna vez qué cosas odian ellos de nosotros?. Quizá sea un buen momento de reflexionar sobre ellas y ver si podemos mejorar nuestra forma de educar. ¡Te las cuento en dos post!
En el anterior post os adelantaba 4 cosas que los niños odian de sus padres. En esta segunda entrega os cuento tres hechos más por los que los niños están un poco enfadados con sus padres.
5. Contarles travesuras de nuestra niñez y juventud y no dejárselas hacer a ellos.
¡Cuántas veces les hemos contado cosas que hacíamos de pequeños! Pequeñas gamberradas que cuando adquieres un poco de madurez piensas en cómo pudiste hacerlas. Lo cierto es que, a veces, medimos de forma diferente su realización cuando son nuestros hijos quienes quieren hacerlas. La niñez está para equivocarse, es una enorme fuente de aprendizaje. Las gamberradas forman parte de ser niño, siempre con cierto control y sin poner en peligro a ninguna otra persona o ser. Si quieres que tu hijo no las haga por lo menos no se las cuentes y lo dejes con las ganas de seguir los pasos de sus progenitores. Si se las cuentas, y un día la hace acuérdate cuando eras un niño.
6. Que no le dejen tiempo para jugar
Sin lugar a dudas, el juego libre está en declive y los niños ya no tienen tiempo para jugar solos. Sus tardes llenas de actividades dirigidas, deberes y tecnología interrumpen bruscamente el mecanismo de la creatividad y el placer de jugar de forma libre. Peter Gray demuestra, basándose en pruebas desde la antropología, la psicología y la historia, que el juego libre es el medio principal por el cual los niños aprenden a controlar sus vidas, a resolver problemas, a llevarse bien con sus compañeros y a ser emocionalmente resistentes, indicando el autor que este tipo de juego está en declive y que la escuela ha de potenciarlo.
Tenemos que buscar un pequeño tiempo diario para dejarlos solos sin tecnología y que emprendan su propio juego.
7. Que no entiendan sus intereses personales
Los adultos tenemos muchos errores, uno de ellos es meternos mucho con los intereses personales de nuestros hijos. En más de una ocasión hemos hablado que el mundo de los niños, su percepción, es completamente diferente al mundo de los adultos. Es importante viajar a su cabeza para entender sus intereses y animarles y apoyarles en ellos, y no reírnos o burlarnos.
Si un niño quiere coleccionar chapas de bebidas en botellas de cristal, déjalo que vaya cogiendo por el suelo del bar o de la calle sus pequeñas chapas para su colección. Lo mismo si quiere ver manga en youtube o le da por hacer una hilera de coches de metal en su habitación ocupando metros y metros de suelo.
Cuando hay interés hay motivación, y de la motivación surge el aprendizaje.
Recuerda apoyarle y entender sus intereses, igual son temporales pero pueden sentar las bases de un futuro experto exitoso. A fin de cuentas…todos tenemos nuestro punto «friki».
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