En este post os quiero compartir el discurso que he impartido como padrino de la Graduación de la Promoción de Educación Infantil 2018/2022. Un discurso donde se invita a reflexionar sobre la importancia de ejercer como maestros y maestras en la primera infancia.
Discurso del padrino en la Graduación de Educación Infantil
En primer lugar, quiero saludar públicamente a las autoridades académicas que nos acompañan y por supuesto, y especialmente, a todo el alumnado y sus familiares.
Os voy a contar un secreto, que dejará de serlo tan pronto os lo cuente.
El día que recibí el email de vuestra compañera Ariadna indicándome que había sido elegido padrino de la promoción de Infantil, me emocioné.
Mirad, quienes me conocéis sabéis que amo mi profesión, que confundo lo que es trabajo con lo que es hobby, que mi calendario, no entiende de colores, tiñendo todos los días de un único color, o rojos o negros. Yo, solamente hago lo que debe hacer un profesor. Gracias de corazón, y asumo este privilegio con una enorme satisfacción.
Pero no he venido aquí para hablar de mí. Hoy es vuestro día. Por eso, quiero hablar de vosotras. Sois una promoción muy especial, y esto no se lo digo a todas, xd.
De verdad, he sido afortunado de haber compartido muchos momentos con todas vosotras. Nos hemos reído mucho, nos hemos emocionado, hemos sudado, hemos compartido vivencias y anécdotas, hemos aprendido muchas cosas, y también sea dicho nos hemos confinado.
Pero lo cierto es que cada una, ya sea presencialmente o de forma virtual, ha arrancado un trocito de mi corazón, y por muy cursi que suene, no os miento cuando os lo digo.
“Los alumnos siempre entran en el corazón del docente apasionado. Y cuando se van, se llevan un trocito de este”
Víctor Arufe
Mi corazón, a diferencia del de Camela, no es indomable.

Y hablando del corazón, corazones
Me gustaría que nunca perdáis la capacidad para emprender nuevos proyectos.
Porque lo que mata al ser humano, no es la parada del bombeo del corazón sino la pérdida de la ilusión de afrontar nuevos retos.
Estos 4 años de carrera, sin daros cuenta habéis escrito el índice de vuestro libro. Y habéis redactado unos primeros párrafos de cada capítulo cursando las diferentes materias.
Ahora, es el momento de redactar solas, es el momento de seguir escribiendo en esas páginas. Tenéis a vuestra disposición el inmenso buffet de aprendizaje que nos ofrece internet, para seguir escribiendo en ese libro durante toda la vida hasta que sea la hora de partir hacia el abismo.
Decía Fernando Pessoa que podemos esperar a que llegue ese momento, permaneciendo inmóviles o cantando en bajito. Y yo añado que también podemos seguir formándonos porque no hay muerte más bella que aquella que deja un alma limpia y una mente cargada de conocimiento.
Ese momento de independencia que buscamos desde que somos pequeños ha llegado, pero con él puede sobrevenir una sensación de inseguridad. Por eso, os tiendo una vez más mi mano y como os comenté el primer día de clase, tenéis garantizadas unas tutorías vitalicias.
Siempre me tendréis aquí, en mi despacho, para cualquier problema que os pueda surgir, resolver dudas o simplemente para desahogarse o tomar un café. Porque la vida es un cúmulo de altibajos, es una búsqueda constante de la felicidad fluctuante, un saber mejorar poco a poco nuestra versión, de conocernos más, de reconocer nuestras debilidades y establecer estrategias para que se conviertan en fortalezas…
Por supuesto que vendrán muchos momentos malos, yo los tengo, vuestros padres y madres también los tuvieron y vosotras los tendréis. Pero, cómo afrontéis esos momentos será clave para mantener vuestra salud mental, algo que se ha convertido hoy en día en un privilegio y producto de lujo.
Ser maestro, algo más que una nómina
Ser maestro no es esperar la nómina a final de mes. Ser maestro es ayudar a los demás, implicarse en la sociedad, es luchar por los derechos de los niños, es acompañarlos en su infancia y en su desarrollo y crecimiento, es darle todo lo mejor para su salud física y emocional.
Y sé, que una responsabilidad tan grande como la que vais a asumir, la vais a acoger con los brazos abiertos y lo vais a hacer muy bien.
Porque estáis preparadas, porque tenéis ganas y porque los niños os estarán esperando con una sonrisa día tras día. Como ya lo habéis comprobado en el periodo de prácticas y en el proyecto de ApS la bicicleta viajera en el que habéis participado muchas de vosotras.
Los niños serán vuestros followers más fieles, y vosotras seréis sus influencers, por eso, vuestras palabras, vuestros gestos, vuestro tono de voz, vuestra mirada…deben ser siempre muy cuidadas.
Porque esos pequeños followers estarán forjando su personalidad y educación simplemente observándoos.
Y cuando os deis cuenta, tendréis a uno en el colo en vuestro costado, a otro abrazado, uno escalando por la pierna derecha, otro por la izquierda mientras tanto varios vienen corriendo a toda velocidad con los brazos abiertos y los mocos colgando gritando vuestro nombre. Os llenarán -vuestra casa de dibujos abstractos, pero llenos de amor.
Conseguiréis en los primeros días de docencia el título mundial más deseado por cualquier maestro de Educación Infantil, ser la mejor maestra del mundo.
Y estoy seguro, que después vendrán también familias agradecidas a dar su muestra de gratitud. No caigáis en la abundancia de los halagos, porque os pueden debilitar, disfrutadlos y agradecerlos, pero mantened siempre la reflexión diaria de vuestra práctica docente.
En ese momento os daréis cuenta de que vuestra vida cobra sentido, que todo el esfuerzo que han hecho vuestras familias en permitiros estudiar en la universidad y todo vuestro esfuerzo en estudiar, asistir a clases y aprender, se ve recompensado.

Dos mundos, el mundo adulto y el mundo de los niños/as
Eso sí, viviréis dos universos paralelos, el mundo adulto y el mundo de los niños.
Cada día, al entrar en el cole, dejaréis la mirada adulta en la sala de profes, y os pondréis los ojos de la infancia. Unos ojos necesarios para entender el mundo infantil, para acercarse a su tipo de juego, para conocer sus corazones y sus pensamientos.
Jugaréis con ellos, entenderéis sus miedos y sus inquietudes, también descubriréis sus secretos y por supuesto os reiréis mucho con las cosas que os digan, como decía mi hija de pequeña hablando sobre las vacas, firmemente me comentaba que las vacas blancas daban leche y las vacas marrones eran las que daban leche con colacao. No me la comí porque no me cabía en el estómago.
A veces, algunos profes al final se pasan a vivir únicamente en el mundo de los niños, porque dicen que se vive mejor allí. Será vuestra propia decisión mudarse allí, yo, desde luego que os animo a viajar para siempre a ese mundo fantástico.
Y os pido un favor, preocupaos también por la otra infancia, la de esos niños que no tienen las mismas oportunidades para ser felices. Solo os pido, y sé que lo vais a hacer, que los atendáis con el máximo mimo y cariño, que os acerquéis a su entorno para ver cómo podéis actuar y ayudar a esa familia, que activéis el sensor para detectar cualquier tipo de problemática. Vuestra capacidad de observación y análisis puede ayudar a un niño a aumentar su felicidad y bienestar.
Dice Tonucci, que la calle es peligrosa porque no hay niños.
No podemos cambiar el mundo, no podemos luchar contra la tecnología y el sedentarismo, pero sí que podemos educar, podemos hacer mucho desde nuestra pequeña aula, y si cada una de vosotras hacéis algo, ya estaremos actuando en 130 aulas, que pueden ser más de 3000 niños. Y luego esos niños contagiarán a otros niños y al final lo podremos conseguir. Y será un pequeño cambio social que se inicia desde la acción individual. Nunca tiréis la toalla.
Ni tampoco carguéis sobre vuestra espalda todos los problemas de la sociedad actual, pero sí, conocedlos y preocupaos por intentar mejorar todo aquello a donde podáis llegar.
Recordad, que las aulas, son junto a los hospitales el único lugar por donde pasa toda la sociedad.
Y quiero finalizar mi discurso haciendo referencia a una frase que escuché a Jesús Calleja en una conferencia que impartió aquí en Coruña,
En la vida hay dos únicos problemas, uno es la muerte, y otro una enfermedad que conduzca a la muerte. El resto no son problemas, son pequeños obstáculos que nos ayudarán a ser más fuerte una vez que los afrontemos y superemos.
Jesús Calleja
Disfrutad de vuestro día y coged las maletas para viajar al mundo de los niños!
¡Buen viaje!
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