¿Cómo diseñar tareas y actividades con enfoque competencial LOMLOE?

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La LOMLOE pone el foco en un enfoque competencial del currículo, en el que el alumnado no solo adquiera conocimientos, sino que sea capaz de aplicarlos en contextos reales y significativos. En esta entrada te muestro una infografía con los elementos clave que hacen que una actividad sea competencial: partir de una situación con sentido, movilizar saberes de distintas áreas, favorecer la participación activa y la inclusión, establecer conexiones con las competencias específicas y clave, así como promover la evaluación formativa mediante rúbricas, diarios, autoevaluación y coevaluación.

 

¿Cómo es el aprendizaje competencial?

La infografía recoge los elementos fundamentales que definen una actividad competencial. En primer lugar, debe partir de una situación significativa y con sentido, cercana a la realidad del alumnado, para despertar interés y motivación. Estas tareas requieren movilizar saberes de diversas áreas, promoviendo la transversalidad y la conexión entre disciplinas. Asimismo, es imprescindible la participación activa del alumnado, que se convierte en protagonista de su propio aprendizaje, y el carácter inclusivo, garantizando la atención a la diversidad y la equidad educativa.

Otro aspecto clave es la conexión con las competencias específicas y las competencias clave, ya que todo diseño competencial debe estar alineado con lo que marca el currículo. Las actividades han de tener una estructura clara con un inicio motivador, un desarrollo coherente y un producto final que sea transformador, es decir, que tenga un impacto real, ya sea en el propio alumnado, en la escuela o en su entorno.

En cuanto a la evaluación, la LOMLOE impulsa un modelo formativo y continuo, por lo que resulta fundamental utilizar instrumentos como rúbricas, diarios de aprendizaje u otros registros que permitan recoger evidencias del progreso. Además, la autoevaluación y la coevaluación fortalecen la reflexión personal y el trabajo colaborativo, competencias esenciales para la vida adulta.

En definitiva, una tarea competencial según la LOMLOE debe ser motivadora, inclusiva, transversal, con un producto final de valor y con un sistema de evaluación coherente y participativo. De este modo, las situaciones de aprendizaje no solo facilitan la adquisición de contenidos, sino que desarrollan competencias que preparan al alumnado para afrontar con éxito los retos de la sociedad actual.


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