En los últimos años han sido muchos los profes e investigadores esclavos del PechaKucha 20×20, un formato de presentación de imágenes, y posteriormente de ideas, productos y servicios que equivocadamente se ha extrapolado al ámbito de la docencia y la investigación. Conoce en este post la otra cara de este formato de presentación.
Su origen
La arquitecta Astrid Klein creó en el año 2003 un formato de presentación basado en 20 slides de powepoint y 20 segundos para dedicar a cada slide de forma automática. Según indican en la web oficial de esta modalidad el PechaKucha 20×20 nació en el ámbito de la arquitectura porque decían que los arquitectos se explayaban mucho en sus explicaciones y de esta forma, en 6´40´´ finalizarían su presentación.
Mi experiencia
Desde que conozco el PechaKucha nunca me he atrevido a utilizarlo en mis presentaciones. Las razones son varias, primero, porque no veo su aplicación al ámbito de las comunicaciones en congresos técnico-científicos y/o de educación. Recordamos que es un modelo que nació en el ámbito de la fotografía, arquitectura, diseño y arte.
En segundo lugar, este formato se creó para mostrar principalmente imágenes y comentarlas en 20 segundos y no grandes cantidades de texto ni trabajos de investigación con datos estadísticos, metodologías, fundamentación teórica, discusiones, gráficas, etc.
Posteriormente se utilizó en el contexto comercial, para mostrar ideas, productos y servicios. Y ahora, bajo mi punto de vista erróneamente, se ha aplicado a nuestro ámbito y al ámbito de los congresos en general. Seguramente fruto de la desesperación de muchos organizadores al comprobar que la mayoría de los participantes de los eventos no se ciñen a los 10 minutos que suelen establecerse como tiempo oficial para presentar los trabajos de investigación y experiencias didácticas.
En mi caso, tal como os he comentado nunca lo he utilizado, ni como organizador de congresos ni como participante en ellos, porque sigo sin ver su funcionalidad en nuestro ámbito.
El otro día pude ver a una esclava más del PechaKucha 20×20
Estaba participando en un congreso de innovación docente donde se recomendaba desde la organización la utilización de este formato, tal como están haciendo en otros congresos. Cuando entré en la sala, la profesora que presentaba su comunicación comunicó previamente a la audiencia que se había ceñido al formato recomendado por la organización y que sería breve al utilizar el PechaKucha.
En la tercera diapositiva el PechaKucha ya se había apoderado de ella!, su nerviosismo empezaba a aumentar y entre cierta inquietud repetía a los allí presentes sus disculpas por ir tan rápido. Mientras, en la pantalla y de forma tajante cada 20 segundos una nueva diapositiva con gran cantidad de texto y alguna imagen, casi imposible abordar para el poco tiempo disponible.
Tras cerca de los 7 minutos de la exposición y una vez que PechaKucha ya había finalizado de hacer sus tareas la profesora pudo respirar y volver a ser ella misma nuevamente.
Hay una frase de Ortega y Gasset que suelo utilizar muy a menudo con mi alumnado «Cuando enseñes algo enseña también a dudar de lo enseñado». Creo que nos ha faltado ser críticos con este formato, y a veces, lo novedoso no siempre tiene por qué ser bueno o necesario.
Mi recomendación para hacer buenas presentaciones
Fijaos que hay una cosa muy sencilla de hacer que casi ningún orador/comunicador hace. Y os lo había comentado en este post publicado hace un año sobre cómo hacer buenas presentaciones . Se trata de mostrar a la audiencia la línea de seguimiento de los temas que vas abordando en tu presentación y de esta forma permitir que las personas conozcan en todo momento de qué has hablado, qué contenido estás abordando en un determinado instante y qué contenidos te faltan por abordar.
Ojalá poco a poco vayamos mejorando nuestra conexión con la audiencia, no olvidemos que uno de los roles del docente es el de comunicador. Y esto también hay que trabajarlo y conocerlo. Y por supuesto, el PechaKucha 20×20 es una fantástica solución para otros ámbitos de conocimiento, especialmente donde se prime el valor visual frente al texto.
Y vosotros….¿Habéis sido esclavos del PechaKucha 20×20?
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