La escuela bulímica ¿Es mejorable nuestro sistema educativo?

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Eras capaz de resolver una integral, conocías el número atómico y símbolo químico de la tabla periódica de los elementos, sabías las ciudades por las que pasaba el río Guadalquivir, conocías la altitud del pico más alto de España… Pero el tiempo te traicionó y todo lo que memorizaste en tu infancia y adolescencia tan solo sirvió para que te asignasen una calificación que te etiquetaría, hablando vulgarmente, con el grupo de los tontos o el de los listos. Hoy, seguimos con un modelo educativo con gran predominancia de una escuela bulímica. ¿Es mejorable nuestro sistema educativo?

El concepto de escuela bulímica

Pasan los años, pasan las leyes educativas, pasan los políticos por el poder y seguimos con un modelo de escuela bulímica. Un modelo de escuela donde se prima la memorización, donde el profesor corre a toda velocidad para cumplir con las exigencias de contenidos marcados por el curriculum educativo mientras intenta torear, la mala o ausencia de educación, de la mayoría de los cerca de 30 niños por aula.

Así es como un profesor se enfrenta a un sistema donde el principio de individualización de la enseñanza solo existe en las páginas de libros de pedagogía que reposan sobre las bibliotecas universitarias. ¿Habéis visto a médicos que atiendan a 20 pacientes a la vez?, ¿Y a psicólogos que intenten tratar los problemas de 15 personas al mismo tiempo?. ¿Por qué la educación no es tan importante como la salud de una persona?.

No exigimos un docente por alumno pero una ratio no superior a 10 alumnos provocaría un cambio real y radical en el comportamiento y educación de una sociedad. La sociedad no es consciente que todo el mundo pasa por las manos de un docente, y que de cómo configuremos el chip de ese pequeño estudiante será determinante para su futuro y para su éxito en la vida adulta.

Sin embargo, la preocupación de muchos docentes es dar todo el temario, decir a los alumnos que lo memoricen, ponerle un examen difícil para ver quién fue capaz de memorizar más datos, invitarles a que escupan y vomiten todo lo memorizado y hacer un ranking de los mejores y los peores. Quien tuvo la desgracia de no ser capaz de retener toda la información y obtener un mísero 4 sobre 10 puntos, se enfrentará a la difícil situación de explicárselo a sus padres cuando llegue a casa, lo etiquetarán como un pobre niño que no rindió como los demás, y podrá caer al saco del denominado fracaso escolar, con los consiguientes efectos secundarios que esto conlleva: baja autoestima, baja motivación, bajo autoconcepto, etc. Quizá pueda pensar que ya forma parte de los desechos sociales,y que poco puede aportar a la sociedad, pese a que era un niño muy creativo, ingenioso, muy buena persona, con grandes valores, ayudaba siempre a subir la compra a la anciana del tercero y jugaba numerosos partidos de fútbol todas las tardes para mantenerse en una buena forma física.

El mundo de los niños debe preparar para el mundo de los adultos

Los centros educativos no son un buen ejemplo de enseñanza de habilidades útiles para la vida adulta, no están preparando correctamente al alumnado para afrontar en su futuro el duro mundo adulto. Un mundo lleno de problemas, lleno de exigencias que no se abordan en la escuela y que requieren de ciertas habilidades y capacidades para poder afrontar con éxito. 

El mundo adulto requiere de una gran fortaleza mental, de una buena base de trabajo de variables psicosociales, psicológicas, educación en valores y de una excelente ética y moral. 

Entre el mundo de los niños y el mundo de los adultos hay un puente colgante de madera al que le faltan peldaños en su trazado. En el mundo de los niños llueve conocimiento, caen libros del cielo que son digeridos por los niños rápidamente, se les priva de cualquier manifestación artística o creativa, del movimiento y el ejercicio físico y se establece una jerarquía de materias en sus horarios semanales impuestas por el gobierno del país. Quizá fuese necesario escuchar a los niños y dejar que ellos mismos establezcan esa jerarquía, estoy seguro que pondrían más horas de Educación Física, más horas de plástica y educación artística, de música, de educación en valores y de salidas al medio natural. Quizá estén en lo cierto, y lo que demanda su cuerpo y cerebro a su edad se convierta en el principal error del sistema educativo actual.

La memoria es selectiva

Ojalá nuestra memoria pudiese retener toda la información que manejamos en el día a día, pero lamentablemente esto no sucede. Por lo tanto, debemos plantearnos la siguiente pregunta ¿Es correcto invertir tantas horas de nuestro preciado tiempo memorizando contenidos en la escuela para olvidarlos días o semanas después? ¿Es necesario este atracón de datos?. 

A lo mejor es preferible aprender a través de la experimentación, curiosidad, emociones, gamificación…que es como el cerebro selecciona la información y la retiene con mayor calidad. Lo que si es cierto, es que cualquiera de nosotros se puede convertir en una rata de laboratorio y ser una pequeña muestra y víctima de diferentes sistemas educativos, si al menos alguno de nosotros fuese capaz con 30, 40 o 50 años de volver a escupir exitosamente todos los datos que la escuela nos obligó a memorizar, entonces podría tener justificación, pero lo cierto es que cuando alguien nos dice que vive en Ciudad Real vamos al mapa de España para saber donde queda su localidad natal, o señalar con nuestro dedo índice y de un solo tirón donde queda Eslovenia sobre el mapa de Europa.

Da vértigo pensar en cambiar todo el sistema educativo,

 Da vértigo pensar en dejar a tu pareja después de 10 años de relación,

Da vértigo pensar en abandonar el lugar de residencia y empezar a vivir en otra ciudad,

Da vértigo pensar en viajar al extranjero a buscar un trabajo mejor.

Pero…si las cosas NO FUNCIONAN lo mejor es tener la valentía de emprender

NUEVOS CAMINOS


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