Ayer día 4 abandonó el mundo Bobi, un perro con el que conviví durante muchos años de mi vida y que vivía actualmente con mis padres. Bobi era un perro que rozaba lo humano, quise darle este pequeño homenaje con una pequeña entrada en mi casa, mi blog. Seguro que muchos os sentiréis identificados…
Hoy ha sido uno de esos días raros, acudes a tu aula como cada viernes a las 9 de la mañana y haces un esfuerzo enorme para que tu alumnado no perciba tu tristeza interior invadida por imágenes de quien fue un precioso compañero de viaje durante varios años de mi vida. He querido darle un pequeño homenaje público porque como yo, muchas personas conviven con animales y saben muy bien el valor que aportan estos para su vida, y lo que aportan ellos a la suya.
Así llegó a mi vida
Bobi no estaba en el escaparate de una tienda ni sus dueños se preocuparon de cruzarlo con un perro del más alto pedigrí, Bobi era un perro de pueblo, sin raza concreta, adoptado en un pequeño pueblo de Galicia después de que su madre tuviese unos 10 cachorros. Inicialmente no nos habíamos fijado en él, nos fijamos en uno de color marrón, pero la selección natural hizo que finalmente de los 10 cachorros pocos sobreviviesen y uno de ellos, el de color blanco y negro (Black&White como dirían en EEUU) fue de los pocos supervivientes y consiguió hacernos reír ya desde el primer día cuando ingería gran cantidad de comida, se hacía una bola de esas de los parques de bolas infantiles y caía del empacho que cogía sin poder andar durante unos minutos. Tener un perro en casa es incrementar tu felicidad diaria.
Bobi era especial
Cada perro como cada persona tiene un carácter que lo hace especial, en el caso de Bobi, era más bien áspero, tirando a «toxo galego» y poco sociable con los desconocidos, no era el típico perro que va saludando a todos por la calle, pero eso te hacía quererlo más, porque contigo era cariñoso. Sin embargo, aprendía todo con mucha facilidad, de las típicas órdenes de ven aquí, siéntate, túmbate…llegó a aprender a defender a alguien cuando otros le insultaban o le pegaban, se ponía enfurecido y acudía rápido a subirse a la víctima de la violencia que simulábamos para sacar los dientes y gruñir a quien la estaba agrediendo. Puede parecer ficción, pero es completamente real, podría ser actor en cualquier película de James Bond.
Bobi también tenía sentimientos, ya sabemos que la mayoría de los estudios científicos confirman que los perros no tienen sentimientos, sí emociones, pero me vais a permitir que continúe creyendo que Bobi sí que los tenía, sumándome a algún estudio científico que indica precisamente esto. Cuando te ponías a llorar acudía rápidamente a tí, trepaba por tu pecho y una vez ya alcanzado el cuello te empezaba a lamer todo el cuello y con nerviosismo emitía un pequeño chillido para calmarte, no soportaba ver llorar a las personas. Aprendió a consolar a quien estaba triste o llorando, algo muy importante en los humanos y que lamentablemente algunas personas no tienen ninguna empatía. Por eso digo que tenía sentimientos, porque su conducta iba más allá de las emociones.
Seguimos viviendo en una sociedad especista
La erradicación o disminución del abuso del ser humano sobre el mundo animal es uno de los retos que tiene la sociedad actual. Los animales merecen un mayor cuidado y mimo y una defensa de sus derechos. Ya hemos visto muchos casos de perros que han dado grandes lecciones de vida y valores a los humanos.
Sirva esta pequeña isla dentro del gran océano de Internet para reivindicar la gran lucha de muchas personas que deciden poner como compañero de viaje en sus vidas a un perro. Que puedan disfrutar de un café en una cafetería junto a él, que puedan viajar juntos a cualquier hotel del mundo… Es una de las cosas que más echo de menos cuando viajo por ahí, no poder llevar, en muchas ocasiones, a Khalessi. Ellos ya han demostrado que pueden ser superiores a nosotros, nosotros todavía no hemos demostrado que todos tenemos un gran capital humano, adquiriendo en ocasiones comportamientos que dejan quedar en evidencia a nuestra raza.
Eduquemos para el respeto de los animales
Todo cambio tiene su inicio desde pequeños gestos, la educación que demos a nuestros hijos en nuestros pequeños hogares puede provocar un gigante cambio mundial de nuestra mentalidad. Nuestras manifestaciones y quejas públicas pueden encender la bombilla de los empresarios y hacerles ver que ellos también merecen viajar con nosotros y acceder a muchos establecimientos y locales.
Sin ir más lejos, el otro día mientras esperaba para subir al avión, observé allí, en la sala de espera del aeropuerto, a una persona invidente acompañado de su perro guía, estaba quieto sin inmutarse ante la gran cantidad de personas que rondaban con sus maletas de un lado y a otro. Era increíble la paciencia de ese perro y su tranquilidad cuidando a su dueño. Pero también pienso en los perros adiestrados por los cuerpos de Seguridad, expertos en rescates, en catástrofes naturales, antidroga, en dar luz a personas enfermas, en personas con discapacidad o diversidad funcional, en presos y muchos más escenarios donde la acción del ser humano no es suficiente.
Si os interesa el ámbito de las Intervenciones Asistidas con Animales os dejo una reciente investigación basada en una revisión bibliográfica de un total de 1866 artículos realizada por Shen, R.Z.; Xiong, P.; Chou, U. y Hall, B.J. con título “We need them as much as they need us”: A systematic review of the qualitative evidence for possible mechanisms of effectiveness of animal-assisted intervention (AAI) y publicada el pasado mes de diciembre 2018 en la revista científica Complementary Therapies in Medicine.
Los autores han establecido seis temas como factores relacionados con la efectividad de la Intervención Asistida con Animales: 1. Fomentar sentimientos de normalidad, 2. Mejorar la activación conductual, 3. Mejorar la autoestima, 4. Contacto físico, pertenencia y compañerismo, 5. Calmar y reconfortar y 6. Distracción. Concluyen que la IAA fue vista como una intervención positiva y altamente aceptada en todas las poblaciones y entornos. . Todos los temas demostraron consistentemente que el contacto con un animal vivo es más importante que la apariencia del animal.
Todavía nos falta mucho por investigar sobre el mundo animal. Mientras tanto hoy sé que brilla una nueva estrella en el cielo…¡Hasta siempre Bobi!
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