Una sociedad complicada por falta de educación

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Violencia, odio, racismo, suicidios, homicidios…la inversión en educación es el único antídoto para poder crear una sociedad para el entendimiento, para el diálogo, para la crítica constructiva, para luchar contra el fanatismo y dogmatismo,  para sumar y crecer juntos y especialmente para saber gestionar nuestras emociones.

El futuro puede ser… el hoy en otro tiempo o una oportunidad para cambiar tu presente

Si queremos cambiar el futuro del rumbo de nuestra sociedad no podemos seguir actuando como lo hacemos actualmente, no podemos dejar que nuestras ideas, creencias y valores permanezcan inalterables frente al tiempo. El futuro requiere asumir coger el timón y tener un rumbo marcado, unos objetivos, unos fines que aboguen por un mundo mejor.

Mientras en Ucrania un hombre armado y cargado de explosivos secuestraba un autobús con 20 rehenes y solicitaba que uno de los ministros del país proyectase en sus redes sociales un vídeo sobre el maltrato animal, en España una niña de tan solo 7 años era abandonada en la carretera por la pareja de su madre y encontrada por la Guardia Civil en estado de nerviosismo y abrazada a su perro.

En el parlamento europeo numerosos representantes políticos de diversos países discutían por buscar responsabilidades a la crisis provocada por la pandemia COVID-19 y desde un punto de vista egoísta cada uno luchaba por los intereses económicos de su estado. Uno de esos políticos era recibido como un auténtico héroe a su regreso a España por todos sus compañeros de su misma afinidad política.

En el resto de España, exceso de calor quizá provocado por el cambio climático tan anunciado y advertido por quienes aman la naturaleza y cuidan y respetan el entorno que les permite crecer como personas. Y tormentas de verano que riegan a centros educativos con un nubloso y desconocido marco legal de cara a la apertura de puertas el próximo mes de septiembre. Profesorado en deuda y duda entre celebrar y disfrutar de sus vacaciones o pensar sobre cómo afrontar la docencia en el curso siguiente.

La prensa rosa se tiñe de negro por el fallecimiento del marido de una de las grandes humoristas y presentadoras españolas. Pero en su afán de indagar sobre la vida de quienes suscitan interés social por parte de una gran parte de población sedentaria no ha dejado de desviar la atención hacia la joven y nueva novia de un personaje público vinculado a una de las profesiones más castigadas en los últimos años. Castigo que bien puede ser el karma acumulado de pequeño maltrato continuado a lo largo de muchos años a una de las especies del reino animal más simbólicas de nuestro país.

Las calles de las diferentes ciudades siguen siendo patrulladas por quienes no temen al COVID-19 y se animan equivocadamente a transitar sin mascarilla. La otra parte de la población dirige miradas silenciosas amenazantes que rápidamente provocan la chispa de la violencia callejera cuando se convierten en palabras. A nadie le gusta que atenten contra su libertad, pero muchas personas todavía tienen un concepto equivocado de esa libertad que buscaron tan ansiosamente desde que eran niños.

El mundo es más complejo de lo que los cuentos nos transmiten en la etapa de Educación Infantil, es mucho más grande de lo que pensamos cuando vamos en Primaria. Si queremos saber gestionar los conflictos de nuestra sociedad de poco sirve la sobrecarga de conocimientos teóricos y memorísticos adquiridos en la adolescencia.

Por eso, cuando uno pone un pie, con tan solo 18 años, en el mundo adulto y realiza una mirada de 360 grados a su entorno, observa que nadie le ha proporcionado las estrategias y herramientas para afrontar los problemas a los que se va a enfrentar.

La mochila cargada con conocimiento en la escuela de poco sirve en una sociedad tan compleja

Un ser muy querido para mi se suicidaba hace unos años tirándose al vacío desde la ventana de su propio piso yaciendo su cuerpo en la plaza del barrio que le había visto crecer, dejando a unos maravillosos padres «huérfanos».

Mientras, las paredes de muchos hogares siguen ensangrentadas por la violencia de género. Una violencia que se codifica en números anuales y en mujeres anónimas que no terminan de tener la fuerza suficiente para dar un giro a su vida. Órdenes de alejamiento fáciles de vulnerar y entradas y salidas de prisión son los mayores enemigos de muchas personas que han decidido formar parte de los cuerpos de seguridad, pero que ven incompleto su trabajo al no tener una legislación sólida que castigue a quien hace el mal y respete a quien desea disfrutar de la vida sin molestar ni causar daño a nadie.

Termino de escribir este texto con mi preocupación puesta en el estado de salud de algunos amigos, ellos son varios de las miles de personas que se vieron privadas de sus sueños por la aparición repentina del mayor temor que podemos tener y el objeto de investigación de cientos de investigadores de todo el mundo, una palabra con tan solo seis letras presente en la conversación de cualquier comida familiar.

Es una muestra de la complejidad de saber gestionar los pequeños y grandes obstáculos que nos encontramos en nuestra vida. Es un ejemplo de la necesidad de apostar por una educación integral que busque realzar los valores del ser humano, su ética y moral, su estado emocional. Es una búsqueda del wifi emocional gratuito y solidario al que deberíamos poder conectarnos en cualquier rincón del mundo.

Una gran mayoría de estos obstáculos podríamos superarlos con una educación que nos ofrezca estrategias para afrontar problemas psíquicos, sociales, afectivos y emocionales. Nos queda un largo camino por recorrer, mientras no exista un verdadero cambio del sistema educativo, seguiremos poniendo parches a una colchoneta golpeada por diferentes vientos, a una colchoneta cuyo plástico se deteriora y genera un importante daño a nuestro mundo interior y exterior.

La inversión en educación es el único antídoto para paliar los efectos de una sociedad descontrolada emocionalmente


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