20 claves para saber si estás educando bien a tus hijos

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La educación es un campo de estudio del que todos hablan, pero pocos conocen en profundidad. En este post se describen 20 aspectos importantes que pueden conducir hacia una buena educación de los más pequeños de la casa. Si eres padre o madre comprueba si los cumples!

 

Acerca de qué es la educación

Si tuviese que definir con mis palabras qué es la educación, seguramente la definiría como un arte, un placer de la vida, algo complejo y gratificante a la vez, que requiere de mucho tiempo, paciencia y dedicación constante, y que culminará con éxito cuando docente y discente, padre/madre e hijo/a sean cómplices de un proceso en el cual ambos aprendan, disfruten, vivan y experimenten. La educación tiene reglas pero debes prestar atención a la diversidad social, afectiva, emocional y psicológica de cada niño.

¿Dónde podemos educar?

A través de este artículo mostraré las 20 premisas claves de una buena educación. Si ya cumples todas, sigue por ese camino y pronto recogerás tus frutos. Si todavía no las cumples intenta reflexionar en aquellas que te faltan, quizá sea el momento de cambiar. 

Para facilitar la comprensión de los aspectos clave, los he dividido en diferentes ámbitos que están presentes en la vida de los niños: la casa, la escuela, el coche, la escuela deportiva, la calle, las vacaciones y los fines de semana.

La educación en casa, quizá las más importante

El seno familiar es de vital importancia para el desarrollo integral del niño. Muchas veces los padres llegan cansados a casa y se olvidan de pequeñas directrices que educan a sus hijos. Recordar estas premisas te facilitará la educación de tus hijos.

En casa…

1. Establece horarios para cada actividad. Es muy importante que los niños tengan horarios y que sepan cumplirlos. Una hora para jugar, una hora para hacer los deberes, otra hora para el ejercicio físico, una hora para la televisión, una hora para comer, etc. Diseñar un horario con los hijos puede ser un buen inicio para la convivencia. Es recomendable ponerlo en algún lugar de su habitación, para que lo tenga presente y sepa qué hacer cada día. En hogares donde los horarios son cambiantes o están ausentes siempre será más difícil educar a los niños, aunque parezca lo contrario a ellos les gusta los horarios, la separación de los tiempos destinados para cada cosa.

2. Confecciona y fomenta rutinas: Si los horarios son importantes, las rutinas suponen un nivel igual o superior. Tenemos que establecer rutinas en los niños, éstas pueden ser de orden, higiénicas, saludables o de otra índole. A modo de ejemplo podemos indicar que se laven las manos siempre antes de cada comida, cepillarse los dientes bien después de comer, preparar a la noche antes de acostarse su mochila para el día siguiente, recoger un juguete antes de sacar otro, etc. El orden en el hogar facilita la convivencia y ayuda a crear armonía en casa. Puedes colocar notas por los distintos espacios de casa para recordar las rutinas, tal como se muestra en el ejemplo de la fotografía. Se establecen las rutinas en cada sala: en la cocina hay una, en la habitación otra…

3. Dota a los niños de roles y responsabilidades. Si no queremos tener en la familia a un «Fumi» o un «nini«, debemos asignar roles y responsabilidades a nuestros hijos. En familias con dos o más niños incluso se puede nombrar a un encargado de supervisar el orden y que se cumplan las rutinas y/o normas establecidas por la familia, el encargado se puede cambiar cada día o cada semana, éste tendrá diversas funciones, por ejemplo supervisar que ninguno de sus hermanos deje las luces encendidas, el grifo abierto, la tapa del WC levantada, etc. El juego de roles es un juego que gusta mucho a los niños y los dota de gran autoestima y motivación, aprenden a establecer reglas, cumplirlas y hacerlas acatar. Se le debe enseñar que las tareas de casa son de todos y romper así con el machismo tradicional, por esos los niños pueden ayudar a sus padres haciendo su cama, poniendo la mesa, recogiéndola e incluso colaborando en la cocina, cocinando recetas, acompañando a sus padres al supermercado el fin de semana y comprobar el valor de los productos que consume en casa, etc.

 

 

 

4. Utiliza las 6 palabras mágicas de la educación día tras día y fomenta su uso entre tus hijos: Gracias , te quiero, perdón, por favor, lo siento y ponte en su lugar. Con estas 6 palabras llegarás muy alto y tus hijos todavía más.

5. Enséñales el valor de las cosas y a tener paciencia. Los niños tienen que tener paciencia, y la paciencia hay que entrenarla, cuando tu hijo pida una cosa, que seguramente te pedirá cientos y miles, ten paciencia para cumplir su deseo. Hay padres impulsivos que tan pronto el niño pide algo, porque se lo vio a un amigo, en la televisión o en un catálogo de juguetes, los padres ya acuden a comprarlo. Si educamos a adquirir las cosas con esfuerzo estaremos educando mejor y se aprende a valorarlas más. No es mejor padre aquel que satisface todos los antojos de sus hijos, sino aquel que lo educa mejor y el que enseña a vivir con lo justo y necesario, sin grandes lujos. Cuando los niños nos indiquen que sus amigos tienen de todo, nosotros tenemos que ser capaces de intentar enseñarle la otra cara del mundo, aquellos niños que no tienen nada, para que entonces ellos observen lo mucho que tienen en su casa y especialmente que aprenden a valorar más lo emocional y afectivo que lo material, será el momento de manifestarle lo mucho que lo queremos. No descartéis la opción de mostrarle algún documental de youtube sobre niños refugiados, o la labor desempeñada por las ONGs en países con pobreza.

6. Conserva los momentos familiares. Quizá por trabajo o por el ritmo de vida actual, se están perdiendo los momentos familiares, esos momentos de diálogo entre los miembros de la familia, donde cada uno cuenta qué tal fue su día. En el seno de un hogar deben mantenerse los buenos momentos de conversación entre adultos y niños. El desayuno, comida, merienda y cena son quizá 4 grandes espacios de tiempo para enriquecer este valor, es aquí donde podemos indagar qué tal le va en el cole, sin preguntas con presión, siempre intentando animarle para que nos cuente, si está contento con los entrenamientos de su deporte favorito, con los docentes, con sus amigos, qué mejoraría de su centro educativo, qué rincón del colegio le gusta más, etc.  

7. Fomenta un buen uso de la televisión y de Internet. Los niños adoran los dibujos pero en tus manos está cuáles ofrecerles. Hay determinados dibujos que no son aptos al 100% para niños, en ellos se ven escenas de violencia, racismo, palabras malsonantes, etc. No te preocupes que si no los ven, en el colegio seguramente muchos de sus amigos ya le contarán esas escenas no educativas, suelen ser la comidilla de los recreos, lo prohibido siempre les llama mucho más la atención. Tampoco es recomendable comer con la televisión puesta ni verla antes de acostarse, pero sin embargo observamos como muchos padres compran televisiones para las habitaciones de sus hijos con el consiguiente riesgo de que los niños pidan encenderla a la noche, a lo que si los padres dicen que no, el niño empezará a llorar y tener una rabieta. Internet es otra fuente de peligro de diversa índole, debe ser usado siempre con fines pedagógicos, controlado y supervisado, especialmente en niños más pequeños. Disponer de un teléfono móvil a edades tempranas también puede perjudicar la convivencia familiar y social. Es una lástima ver cómo ahora los niños quedan por whatsapp para jugar partidas online a una hora determinada ¿Dónde está el contacto físico y la socialización? ¿Realmente necesita un teléfono móvil un niño?.

8. Educa correctamente para una buena dieta y especialmente una adecuada información nutricional. Somos conscientes que es más fácil para unos padres meter una pieza de bollería industrial en la mochila para el tentempié del recreo, que ponerse hacer un bocadillo de embutido a las 08:00 de la mañana, pero sin embargo, estamos realizando una mala educación nutricional. Incluso, observo como muchos padres se saltan las recomendaciones de los docentes para las meriendas de sus hijos, perjudicando así a otros padres que cumplen estrictamente con lo que marca el centro educativo. Si los acostumbramos a leer detenidamente la información nutricional de cada producto que consumen desde pequeños, ellos mismos rechazarán la bollería industrial para estar sanos al 100%. Observar el significado de los ingredientes, el orden de éstos, qué son los colorantes, conservantes, tipos de grasas, espesantes, etc. Enseña a tu hijo a comer un poco de todo, desde los primeros años tenemos que ir introduciendo poco a poco todos los alimentos, verduras, pescados, carnes, pastas, arroces, etc.

9. Antes de comprar un juguete piensa si eres capaz de crearlo con tu hijo, desarrolla su creatividad e imaginación. Las manualidades requieren tiempo y a veces dinero, pero como punto positivo tienen la gran unión que generan entre padre/madre e hijo/a. Seguramente puedes hacer cientos de cosas con tu hijo, es sólo cuestión de tiempo, creatividad e imaginación. Por ejemplo, para aquellos niños que disfruten y quieran un pinball, seguramente le gustará más este de la fotografía hecho a mano y por él mismo que un trozo de plástico que puede costar unos 40 euros de media. Pero además, cuando un niño hace un juguete o manualidad y percibe el esfuerzo y tiempo que le llevó lo va a cuidar más, aprende el valor de cuidar las cosas y el esfuerzo. 

10. En los cumpleaños no crees un exceso. Los cumpleaños antiguamente se celebraban con los seres queridos, los niños invitaban a dos o tres amigos y se pasaba la tarde en casa del homenajeado con sandwiches, patatas fritas… Hoy en día, los cumpleaños se celebran en espacios de ocio ideales para pasar un buen rato, se invita a toda la clase y el niño recibe cerca de 20-25 regalos. Es en este último concepto donde radica un problema, ese exceso genera un estado en el cual el niño sólo valorará aquellos regalos que más le gustaron llegando incluso a desprestigiar los otros. Educar en no ser consumista es otro de los fines de los padres.

 

 

 

 

 

 

 

 

En la escuela…

11. Intenta llevar a los niños a un centro donde se trabajen todo tipo de valores y convivan diferentes tipos de familias. Los centros educativos deben garantizar el trabajo y desarrollo de todos los valores, tanto dentro como fuera del aula. De la misma forma, un centro que sólo acoge un perfil muy definido de familias debe garantizar el trabajo y enfoque correcto de la educación de su alumnado. Habitualmente solemos asociar a los centros públicos como una pequeña representación de lo que es el mundo, y a los centros privados como una burbuja en la cual sólo viven determinadas familias. Sea cual sea el tipo de centro, se debe educar en todo tipo de valores, privar al niño de determinada información no favorece su pensamiento crítico. Conforme avance en edad se debe trabajar más intensamente este punto crítico de los valores.

Las familias deben ser consciente que a los niños se les debe educar hacia la solidaridad, colaboración con las personas más desfavorecidas, la inclusión educativa… Si observamos que el centro no está trabajando correctamente debemos reforzar el trabajo de valores en casa. A veces se cae en el error de pensar que si pago por la educación de mi hijo, éste tendrá una mejor educación. Sin embargo, al igual que sucede en otros gremios, profesores con buena y mala praxis los hay en todos los centros educativos. Siempre pongo mi ejemplo, mis padres me llevaron a uno de los colegios peor vistos de Santiago de Compostela, donde en su zona existía un alto índice de fracaso escolar, delincuencia, drogas, etc. Sin embargo sobreviví a todo ello, ¿milagro? no, educación familiar. 

Que un niño sepa rechazar los valores negativos existentes en la sociedad es fruto del trabajo familiar y respaldo de los centros. Si desde que nace tu hijo lo dotas de una gran autoestima, curiosidad por las cosas, empatía, motivación, sacrificio, juego limpio, etc. conseguirás a un gran adulto. Hay una frase célebre que señala que la adultez es la hija de la infancia, de cómo nos traten y etiqueten nuestros padres será nuestra personalidad futura. 

12. Educa a tu hijo para tener respeto hacia el profesorado. Los docentes trabajarán mejor con niños que creen en ellos, que confían en su labor y que son apoyados por los padres. En alguna reunión de padres en el colegio ya escuché decir a una madre cuando la profesora dijo, si a vuestros hijos les pega otro niño en el recreo o en clase decirles que me avisen, y en ese momento dice una madre, perdona si a mi hijo le pegan yo le digo que le pegue dos veces al otro.

En el coche…

13. Habla y juega con tu hijo. Es importante que en el coche no recurramos siempre a la tecnología para amenizar el viaje. En trayectos cortos los niños pueden ir divirtiéndose con la familia, mirando por la ventana, jugando a ser copilotos, observando las infracciones que comenten otros, contando los coches de color blanco que nos adelantan, o preguntando por las señales de tráfico que pasamos y su significado. También pueden ir escuchando su canción favorita o leyendo un comic. En viajes largos y cuando sea necesario podremos echar mano de la tecnología y dejarle la tablet para que juegue a su juego favorito.

En la escuela deportiva…

14. Educa para la práctica deportiva. Todos los niños deben ser encauzados hacia una educación deportiva. La práctica deportiva debe consolidarse independientemente del fin de la misma, recreación, salud o competición. Los padres debemos enseñar el deporte y los beneficios de éste. Además, se deben trabajar otros aspectos, como el juego limpio, dar la mano a los adversarios y al árbitro al finalizar la competición, no gritar a los niños desde la grada, no obsesionarle con ganar, etc.

 

En la calle…

15. Evita llevar a tu hijo a sitios donde pueda escuchar muchos tacos y malas conductas, y por supuesto no digas palabras mal sonantes delante de ellos. Ir al fútbol o a un bar con tu hijo está bien, pero si durante la hora y media que esté allí va a escuchar 100 palabrotas, ver 3 peleas y fumar todo el humo del adulto de su lado, quizá debas plantearte si estás educando correctamente. Los niños son verdaderas esponjas que absorben todo lo que ven y escuchan.

16. Enseña a tu hijo a utilizar diferentes frases y conductas en la calle. Tales como, decir buenos días, tardes…cuando se encuentre con alguien en el edificio, a ofrecer su ayuda a personas mayores con bolsas, para abrir la puerta, etc. 

17. Supervisa las amistades de tus hijos. Sin llegar a ser un verdadero espía intenta conocer cómo son las amistades de tus hijos, quizá unas malas amistades puedan echar por tierra todo el trabajo realizado en casa. Por eso es bueno invitar a tu casa a niños que quieres que sean los amigos de tus hijos, y evitar el protagonismo de aquellos niños con malas conductas y malos hábitos.

18. Educa hacia el respeto de los animales y la naturaleza. Cuando veas a un perro por la calle intenta detenerte con tu hijo y darle unas caricias. Muchos padres cuando ven a un perro tiran de su hijo creándole cierta fobia hacia los animales. Tener un animal en casa es una fuente grande de educación, siempre y cuando se eduque para respetar y cuidar a los animales. Educa para el rescate de animales, la adopción y la colaboración con protectoras y evita comprar animales. Promueve el reciclaje y la selección de desperdicios a través de tres recipientes en casa. Inculca a tus hijos a incorporar cada desecho en su bolsa y explícale el cambio climático, la contaminación acústica, el abuso de ciertos contaminantes, etc. Puedes descargarte una aplicación en tu móvil que hace de sonómetro y utilizarlo cuando exista una fuente de ruido, para percibir el niño los daños causados.

El fin de semana…

19. En días de descanso realza la unión familiar. Los días de descanso suelen ser una gran oportunidad para realizar actividades en familia. No hace falta tener dinero para grandes viajes, una excursión, un picnic, un paseo matutino…pueden ser grandes momentos. Aprovecha para realizar una escapada con tus hijos a la naturaleza, el medio natural establece unos vínculos afectivos muy importantes, además de ofrecer un espacio para el aprendizaje y mejora de conocimientos de fauna, vegetación, geografía, etc. 

En vacaciones…

20. Relájate pero no bajes la guardia. Las vacaciones parece que son el periodo donde todo vale. Sin embargo, debe ser también un periodo para trabajar la educación de nuestros hijos. Podemos ser más flexibles pero nunca debemos bajar la guardia. La educación es un proceso continuo e infinito, todo el tiempo que dediques a educar ayudará a crear a niños más útiles y funcionales para la sociedad. Un cuaderno de repaso para las vacaciones puede ser un buen hábito. Acudir a museos, exposiciones, etc. puede provocar que despertemos curiosidad por las artes. La música, fotografía, escultura, pintura, danza, teatro, etc. son grandes contenidos que pueden mejorar el crecimiento personal de nuestros hijos.

 

Llegado a este punto soy consciente que faltan otras muchas premisas y líneas de actuación, pero quizá con estas 20 ya tengas un buen cimiento para que la educación de tu hijo sea buena y evitar así que existan nuevas temporadas de «Hermano mayor«!

Mucha suerte para todos los padres y mucho ánimo para todos los docentes!


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