Cuando empecé mi carrera docente jamás imaginé que lo que menos valoraba la administración fuese la calidad docente. Desde el inicio me enfrenté a un sistema exigente que cada año me demandaba más méritos ajenos a la docencia, acompañados de estrés, infelicidad y burocracia, bañados en una gran subjetividad e injusticia, eclipsados de amiguismos y acoso laboral, y de un sistema jerárquico donde los de arriba escupen a los de abajo. No soy el único docente universitario que siente esto, hay muchos más. En este post te explico cómo funciona la carrera docente universitaria.
El estrés y burocracia, las palabras más referenciadas por el profesorado
Diversos estudios confirman que el personal docente universitario se ve afectado significativamente por el estrés, lo que repercute negativamente en su rendimiento y productividad (Simon, Y. et al. 2022). Entre los factores que contribuyen al estrés de los profesores universitarios figuran la sobrecarga de trabajo, las presiones excesivas, las tareas administrativas y la falta de motivación (Abimbola., O. 2023). En mi caso me he pasado meses presentando la documentación para el programa DOCENTIA, otros meses para los SEXENIOS, otros meses para la acreditación a titular y catedrático, otros para los complementos de la labor docente e investigadora, otros para los quinquenios, otros para justificar un proyecto docente innovador, otros para presentar un proyecto de I+D, y así continuamente, si no es una cosa es la otra.
La administración, a través de su sistema de acreditaciones, promoción, evaluación de méritos, y otros ha provocado que el profesorado universitario abandone la preparación de las clases y la docencia para sumergirse en otras tareas que acaparan un mayor peso en el sistema, como es la investigación, la transferencia y difusión o la gestión entre otras tareas. Al final, lo que menos importa es el alumnado.
Si solamente te dedicas a preparar bien tu material didáctico y dar unas buenas clases a tus estudiantes estás muerto en la universidad. Nunca promocionarás y correrás el riesgo de perder tu plaza.
Víctor Arufe
En mi carrera profesional he concursado hasta en 3 ocasiones pudiendo haber perdido mi plaza en esos 3 concursos. No es normal que una vez ganas el primer concurso cada ascenso suponga jugarte tu puesto de trabajo. La promoción interna debe promoverse y garantizar así la estabilidad laboral de todos quienes han ganado su primer concurso-oposición.
Lo que menos importa al sistema educativo es el alumnado
Víctor Arufe
Llevo más de 15 años con el pie en el acelerador
Estos primeros quince años de docencia han sido horribles pese a mi pasión por la docencia. Fueron muchas horas de trabajo, en ocasiones más de 15 horas diarias, fines de semana perdidos, vacaciones perdidas y mucho más. Me he tenido que ir de estancia de investigación en agosto para no perjudicar las clases y crear un problema de profesorado a la universidad y a mi área.
He tenido que invertir muchos fines de semana para poder producir todo lo que me demanda la administración, artículos científicos, libros, conferencias, revisiones para revistas científicas, etc. Cada periodo vacacional de Semana Santa, verano y Navidad lo dedico a maquetar artículos para los números de las revistas científicas que edito. Esto es también otro mérito que evalúan, he llegado a estar el día 31 de diciembre finalizando la maquetación. En Semana Santa ya no planifico viajes, la aprovecho como una burbuja para ponerme al día. Porque así es, nunca tengo la sensación de tener todas las tareas al día, siempre tengo tareas pendientes en mi lista de cosas por hacer, y esto genera mucho estrés y ansiedad.
Y así año tras año, mil tareas donde no ves nunca el fin. Y lo peor de todo aparece cuando presentas todos tus méritos y una comisión o tribunal llena de amigos (y enemigos fuera) te otorga la peor valoración que establece la normativa, indicando que en 15 años no hiciste nada y que eres un parásito. Y pese a comprobar tú mismo que sí que cumples los méritos, su palabra es vale más que la tuya, solo te queda la vía judicial para reclamar justicia y gastarte dinero en abogados, en mi caso más de 1000 euros. Así funciona la agencia estatal que acredita y evalúa al profesorado español, la ANECA. Hay muchos docentes afectados por evaluaciones injustas, subjetivas y llenas de abuso de autoridad y malas prácticas. Sin ir más lejos, esta agencia, en ocasiones, ni responde a los correos ni ofrece transparencia en el proceso. Comparto captura de pantalla del segundo email pidiendo por favor que respondan tras haber pasado 3 días sin responder pese a que tienen personal en nómina para estas funciones administrativas.
Otro tema es el encaje de bolillos que te obliga a realizar la ANECA. A modo de ejemplo, en la normativa te bareman los artículos científicos publicados pero ojo, te enfrentas a la lectura de páginas con la normativa llena de ambigüedades que invitan a la subjetividad de quien evalúa. Es un auténtico puzzle, porque te lo valoran si contribuye al avance del conocimiento, si no es descriptivo, si está asociado a un proyecto de investigación. Pero ojo con la revista donde publicas porque esta no sirve, o esta servía hace un año pero ahora ya no, pero ahí ya has publicado otros por lo tanto te vamos a penalizar, pero además firmas con otros 4 autores, justifica por qué tantos autores, pero ese tema ya lo has publicado hace un año en otro artículo por lo que no te lo valoramos. Pero espera, que aún hay más (esto ya parece un anuncio de la tienda en casa, pero os aseguro que no lo es). Porque con los nuevos criterios ahora debes buscar tu solito todas las métricas e impacto de tu artículo, si fue meneado en RRSS, si fue citado, si está abierto y se puede descargar, cuántas citas tuvo en Scholar, cuántas en WoS, cuántas en Scopus…, si lo citó algún pez gordo de tu área, si tiene autocitas, etc. Y esto lógicamente hazlo cuando estés en casa porque en la facultad tendrás que dar clase, digo yo. Y así un auténtico despropósito que ha hecho de la docencia universitaria una cloaca donde la burocracia y los peces gordos sin escrúpulos y sin ética habitan y abusan de quienes somos obligados a ir allí.
Espero que este primer post aclare la situación por la que pasan muchos docentes y sea el punto de partida para poner fin a todo este sinsentido que vive el profesorado universitario.
A muchos compañeros al igual que a mí nos gusta investigar pero sin presión (mejoraría la calidad de la investigación española), nos gusta la docencia pero para disfrutarla con calma y transmitir esa pasión a nuestro alumnado (mejoraría la calidad educativa), nos gusta la gestión pero cuando la podamos compaginar con nuestra familia y nuestro día a día, y especialmente que la asuma las personas que tengan matrícula de honor en soft skills y sepan verdaderamente liderar equipos. Somos conscientes de que tenemos un trabajo maravilloso como es compartir nuestro conocimiento con el alumnado; pero que nadie nos estrese con tareas y tareas imposibles de alcanzar, y menos que evalúen posteriormente nuestro trabajo infravalorándolo con opiniones subjetivas alejadas de los criterios y bases publicadas, creando un gran sentimiento de frustración e impotencia.
En próximos post iré publicando mi experiencia con la ANECA y mi solicitud de evaluación de méritos para la cátedra, donde os mostraré los criterios publicados por la ANECA, mis méritos presentados y cómo los evaluaron injustamente sin ceñirse a los criterios, no puntuándome ninguno de los cerca de 15 méritos específicos que presenté.
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