El injusto sistema de oposición al cuerpo docente

Comparte en RRSS

Cada año miles de estudiantes universitarios se forman para ser docentes en diferentes etapas educativas. Desde el primer curso empieza el camino hacia una profesión cuyo sistema de oposición debe cambiar por completo. El filtrado de selección de los futuros docentes puede mejorarse y ser algo más justo y equitativo. En el post de hoy os comento mi opinión.

Un buen docente no es un mero reproductor de datos

Estamos muy equivocados cuando pensamos que el docente debe saber escupir datos.Y este hecho no sólo lo reflejamos en las aulas de los centros educativos sino que ya ingerimos nuestros propio veneno en el sistema de oposición actual.

Si queremos que en la selección de personal docente se filtre a los mejores, tenemos que saber qué es un buen docente, y seguramente pensemos en empatía, valores positivos, formación, experiencia, simpatía, responsabilidad, seriedad, funcionalidad, proactividad, flexibilidad, oratoria, expresividad y gestualidad, actitud, planificación, improvisación… Sin embargo, muchas de estas características no se califican o evalúan con la oposición actual.

La oposición se puede definir en tres palabras: memorización, subjetividad y suerte

Memorización porque se debe retener una gran cantidad de datos, citas de autores, definiciones, clasificaciones… que finalmente no son necesarias para el día a día de un docente.

Subjetividad porque cada miembro de los diferentes tribunales posee un curriculum oculto, unas preferencias de autores, de contenidos abordados, diferentes edades, ideologías, etc.

Suerte porque el azar puede provocar que te toquen temas que lleves más débiles en tu preparación, o que al tribunal no le guste tu propuesta de Unidad Didáctica innovadora, o más bien que desee aferrarse a determinada metodología. Hay muchos factores que no están bajo el control del candidato. Puede haber miembros de tribunales que siguen programaciones y temarios de academias, otros escapan de ellas y las puntúan negativamente al ver cómo un determinado número de candidatos vienen con el mismo discurso.

Mi propuesta

Soy consciente que es difícil conseguir la objetividad plena, pero el actual acceso al cuerpo docente puede mejorarse mucho. En primer lugar comentar que yo soy partidario de eliminar la memorización de un temario, quizá en otras oposiciones como por ejemplo inspector de Hacienda, policía, etc. pueda ser útil dominar y memorizar leyes, decretos, etc. En nuestra profesión es más útil saber establecer una conversación con un niño o adolescente, entender su mente, sus gustos e inquietudes, cómo aprende su cerebro, cómo desarrollar y trabajar determinadas variables psicológicas y factores psico-sociales, etc. Y la memorización de decretos y leyes las dejaremos para figuras de secretaría y dirección de centros educativos. Estos nuevos perfiles asumirían toda la carga burocrática de los centros educativos, sin tener que ser los profesores quienes se enfrenten a esos tediosos trámites que consumen tiempo de su planificación docente.

Necesitamos un sistema que evalúe lo que es necesario para conocer si una persona es un buen docente o no lo es. Si esto no fuese posible algunas de las líneas/parches que podríamos adoptar son:

  1. Establecer un temario igual para todas las CCAA y al alcance de todos los futuros docentes. Aunque lo ideal como dije anteriormente sería retirar esa gran carga de memorización y centrarse en la soltura y puesta en escena del candidato.
  2. Mejorar la unificación de criterios de los miembros del tribunal, estableciendo una mayor objetividad a través de cursos de formación.
  3. Cambiar el sistema de baremación de méritos curriculares.
  4. Convocar oposiciones anualmente, ampliando el número de plazas y dotando los centros de un mayor número de profesores.
  5. Incorporar al tribunal profesorado universitario que pueda ofrecer otra visión y establecer un diálogo con el resto de docentes del tribunal.

Si retiramos el estudio del temario, podríamos proponer un modelo que consiste en establecer un año de contratación con salario base para todos los estudiantes que finalizan la carrera. En ese año, se evaluaría su práctica docente real, no simulada, a través de supervisiones periódicas e informes sobre su buen hacer o aspectos a mejorar. La evaluación podría recoger informes de alumnado, familias y compañeros docentes.Tendría que enfrentarse a la elaboración de la programación anual y desarrollo de las Unidades Didácticas, demostrando su dominio sobre los diferentes elementos del curriculum, que serán su día a día en el trabajo. Pero también se haría hincapié en esa gran capacidad de transmitir conocimiento, de generar bienestar en el alumnado, aprendizaje significativo, transmisión de valores, minimizar y resolver conflictos, etc. Porque todo esto es lo más importante del buen docente, y es lo que no se evalúa en la actualidad.

Se puede ampliar el número de plazas y mejorar la calidad del sistema educativo

Como comentaba anteriormente la política educativa de un país debe apuntar entre otras cosas hacia una menor ratio de alumnado, esto no sólo mejoraría la calidad educativa sino que ampliaría el número de plazas de profesorado. SanidadEducación e Investigación son unos pilares muy sólidos de una sociedad, la inversión de dinero en ellos sólo traerá beneficios para toda la población. Pensemos en la dificultad que entraña la educación de un niño dentro del hogar, imaginaos ahora la educación e instrucción de 25-30 niños en un aula, niños que en muchas ocasiones vienen no educados o mal educados de sus casas. Estamos tan acostumbrados a un cierto tipo de política que nos parecen normales las aulas de 25-30 alumnos. Pero, si lo analizamos fríamente es un auténtico atentado contra la educación. 

En definitiva y al margen de todo el post, he visto alumnado universitario brillante con el que he compartido meses de contacto a través de varias materias, y he podido observar una gran aptitud y actitud hacia la calidad educativa y su buena praxis como futuro docente, pero que posteriormente no logra acceder a una plaza tras presentarse una o varias veces a la oposición, y he visto alumnado flojo, con poca vocación que ha obtenido plaza a la primera convocatoria. Son ejemplos de que el sistema no actúa con un correcto filtro, y en este caso, yo tengo la suerte de poder evaluarlos tras estar varios meses con ellos casi a diario, pero el tribunal de oposición no goza de ese conocimiento tan importante para poder dictar, tú sí que vales o tú no vales.

Deseo que este artículo invite a la reflexión, muchos de vosotros ya erais conscientes de la realidad reflejada en este post, pero tenía que poner voz a mis pensamientos y al de muchos amantes de la educación. Ahora toca esperar a que llegue a las manos de algún político «influencer» y, poco a poco, vayamos reuniéndonos y poniendo los papeles sobre la mesa para empezar un verdadero cambio educativo desde el proceso de selección de personal docente.


Comparte en RRSS

Sé el primero en responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *