Hace tiempo que no veo llover bocadillos desde las ventanas y galerías de los hogares de muchos niños. Ahora que es verano, empecemos a trabajar para que nuestros hijos pasen más tiempo en la calle que en casa. En este post te presento actividades para hacer en verano con y para tus hijos.
El tiempo pasa tan veloz, que no nos detenemos a pensar si estamos educando bien a nuestros hijos
Ya hemos comentado en numerosas ocasiones que educar bien es complejo, es un esfuerzo que hay que hacer y requiere de mucha reflexión sobre nuestras conductas, acciones y palabras hacia nuestros hijos.
En la década de los 80 y 90 los niños jugaban en la calle, pasaban horas y horas jugando a múltiples juegos y deportes: canicas, trompos, escondite, béisbol, baloncesto, fútbol, comba, huevo-pico o araña, bote, arriba España, goma elástica… Hoy, tenemos que buscar estrategias para sacarlos de casa, para que se aireen en los escasos jardines que quedan en las ciudades y se desintoxiquen de la tecnología. Lo cierto es que el ser humano necesita movimiento, necesita buscar retos en equipo, necesita cierto grado de tensión-competición, disfruta dando rienda suelta a su creatividad, educarse en la calle… y sin embargo, estamos educándolos para ser sedentarios, estamos remando contra nuestra propia evolución.
Es el momento de educar en la calle
Ahora que es verano, que tenemos un poco más de tiempo y que los niños no están tan saturados de exámenes y deberes, es la gran oportunidad para darle vida a la calle y que ésta cobre su verdadero protagonismo educando a nuestros hijos. Recordemos que la calle es uno de los grandes escenarios donde debemos educar también.
Te propongo estas 10 actividades
1. Visita con tu hijo la biblioteca municipal
Visitar una biblioteca puede marcar un antes y un después en el hábito de lectura de tus hijos. La lectura, junto la cultura, es uno de los mayores tesoros que tenemos. Muchas veces hacemos antes el carné para asistir a los partidos de fútbol del equipo local que el carné de la biblioteca municipal. Las estadísticas indican que seguimos leyendo poco, sin embargo la lectura nos puede aportar muchísimos beneficios para nuestro desarrollo cognitivo.
2. Acude a museos
Acudir a un museo es invitar a tu hijo a la reflexión sobre el arte, historia, ciencia…. Los museos son espacios con un encanto especial. Cuando entras en uno sientes que formas parte de ese pequeño colectivo de personas privilegiadas de poder ver todo lo que allí se encuentra.
El saber guiar a los niños para que aprendan a disfrutar del arte, a tener curiosidad sobre las piezas artísticas, a valorarlas…es muy importante. Si nosotros no nos emocionamos con el arte, difícilmente podremos transmitir esta pasión.
3. Haz una escapada en familia al medio natural
Coge las maletas y acude con la familia al medio natural, una acampada, una casa rural o simplemente alquila una autocaravana y da el privilegio a toda tu familia de poder disfrutar de lo que te proporciona el contacto con la naturaleza mientras trabajas la cohesión familiar y sales de la rutina. Ahora es el momento de poder vivir y disfrutar de estas escapadas.
4. Permite que salga a la calle a jugar
Recuerdo como negociábamos con nuestros padres para quedarnos en la calle hasta las tantas. No teníamos prisa por entrar en casa, salíamos después de comer y hasta las 9 o 10 de la noche no volvíamos. Eran tiempos de lanzamiento de bocadillos desde las ventanas, a veces incluso utilizábamos un sistema de polea casero, basado en una simple cuerda y una bolsa de plástico, para transportar toda la merienda desde el segundo piso de mi edificio. Nos daba igual de qué fuese el bocadillo, lo comíamos con ganas y en tiempo récord. Ahora, los niños son los que gobiernan y deciden qué tomar cada día, y si hay algo que no les guste, tienes que motivarlos y convencerlos para que se lo coman…sin comentarios. Permite que tu hijo juegue en la calle, que se ensucie, que se haga un poco de daño subiendo por los columpios, que ruede por el campo…permite que tus hijos se comporten como auténticos niños que tienen músculos, huesos y articulaciones que permiten múltiples y virtuosos movimientos, y que este movimiento influya en su parte cognitiva, social, afectiva y emocional.
5. Anímale a aprender un idioma
Existen múltiples aplicaciones y herramientas para aprender de forma divertida un idioma. Algunas con un gran éxito de usuarios, como Duolingo. Es el momento de invertir tiempo en algo muy productivo para el capital humano y profesional de tus hijos.ç
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6. Recupera el valor de los juegos de mesa
Los juegos de mesa son una gran fuente de habilidades y valores para el crecimiento personal de nuestros hijos. No todo es tecnología, podemos recuperar algunos juegos clásicos y disfrutar de sus beneficios educativos. Ajedrez, parchís, damas, monopoly, Scattergories, tabú, trivial…desarrollarán múltiples habilidades sin darte cuenta. Una buena forma de invertir el tiempo en verano.
7. Haz deporte con ellos
Una ruta de senderismo, un paseo en bicicleta, un partido de fútbol…cualquier práctica deportiva está a nuestro alcance. La mejor forma de inculcar deporte a los niños es practicándolo nosotros. A ellos les encanta ir con los padres y gracias a muchas tiendas deportivas podemos adquirir un equipamiento básico por un módico precio y practicar nuevos deportes.
8. Prueba con un campamento
Actualmente hay una amplia oferta de campamentos urbanos y de larga estancia para dejar a nuestros hijos en manos de profesionales de la educación y ocio. Si eres de los padres que aún siendo verano no tienen mucho tiempo entonces quizá sea una buena opción que nuestros hijos asistan a un campamento urbano y convivan con otros niños, participando en múltiples actividades culturales y deportivas. Es una experiencia que les encantará y los dotará de una mayor autonomía.
9. Deja que saque su faceta artística
Tu solo proporciónale material reciclado, casero o nuevo y un espacio donde se encuentre cómodo. Pronto su cerebro se evadirá de la tecnología y empezará a crear.
Es tan sencillo como dejarle un bloc de dibujo y pinturas, rollos de cartón de papel de cocina o higiénico, pequeñas espátulas de madera o bajalenguas, cola/pegamento, pinturas, pinceles, cinta adhesiva, cajas de cartón, lana, palillos… y así iniciará su proyecto artístico. Recuerdo cómo en vacaciones me pasaba largas horas convirtiendo cajas de zapato en auténticos apartamentos de lujo para muñecos playmobil, les hacía ventanas, puertas, colgaba pequeños cuadros, creaba sofás, neveras, encimeras… y cada uno vivía en una caja que se abría y podías jugar por dentro.
10. Invítale a aprender a tocar un instrumento musical
La educación musical es otra de las materias menospreciadas por el sistema educativo. Es el momento de que puedas compensar esta carencia de la escuela y que aprenda a amar la música. Una buena manera de hacerlo es despertando la curiosidad por algún instrumento y a través de los videotutoriales que podemos encontrar en internet dar a conocer este fantástico mundo de la música que puede aportar una gran cantidad de beneficios para nuestros hijos. Puedes empezar con la flauta, un pequeño órgano, una armónica, etc.
Si te fijas, todas estas propuestas tienen un mismo denominador común, unir a la familia, pasar tiempo con nuestros hijos, evadirse de la tecnología y enseñarle actividades y habilidades que la escuela no está trabajando correctamente. ¡Buen verano en familia!
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