Los primeros años de vida de un niño son claves para su desarrollo físico, social, afectivo-emocional y psíquico. El juego se convierte como un medio necesario para potenciar este desarrollo. En este post os comento algunos beneficios del juego libre, de dejar a los niños jugar a lo que quieran.
Juego libre VS Juego estructurado o dirigido
Ambos son necesarios y cada uno presenta ventajas y desventajas. El juego dirigido o estructurado es un tipo de juego que propone el docente o la familia y tiene una importante asociación con el aprendizaje. A través de él podemos canalizar los contenidos que deseamos que el niño aprenda o las habilidades que queremos que adquiera. Pero además del juego dirigido podemos potenciar el juego libre, que es donde pondremos el foco en este post. Os comento brevemente qué beneficios tiene evidenciados en la literatura científica.
¿Qué es el juego libre?
El juego libre es una forma de juego que permite a los niños explorar, experimentar y descubrir el mundo que les rodea sin restricciones ni limitaciones. Es un juego que inicia y finaliza el niño cuando quiera en cualquier momento del día. Es un tipo de juego que no tiene reglas, más que las propias que se autoimponga cada niño. Puede surgir en cualquier momento y con cualquier material. Puede ser realizado de forma individual o en compañía con otros niños.
¿Qué beneficios tiene el juego libre?
En primer lugar, el juego libre promueve la creatividad y la imaginación. Cuando los niños tienen la libertad de jugar sin reglas preestablecidas, pueden crear sus propias historias, personajes y mundos imaginarios. Esto no solo fomenta su creatividad, sino que también les permite desarrollar habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas, ensayo-error y toma de decisiones.
Además, el juego libre también es una forma de aprendizaje. Los niños pueden aprender sobre el mundo que les rodea a través de la exploración y la experimentación. Al jugar libremente, los niños pueden descubrir nuevas formas de interactuar con objetos y personas, lo que les permite desarrollar habilidades motoras y sociales. También pueden aprender conceptos abstractos como la causa y el efecto, la lógica y la secuencia.
Otro beneficio del juego libre es que ayuda a los niños a desarrollar su independencia y autoconfianza. Cuando los niños juegan libremente, tienen la oportunidad de tomar decisiones y resolver problemas por sí mismos.
El juego libre también es una forma importante de expresión emocional. A través del juego, los niños pueden expresar sus emociones y sentimientos de una manera segura y no amenazante.
Otro beneficio del juego libre es que promueve el desarrollo de habilidades sociales. Cuando los niños juegan juntos, tienen la oportunidad de interactuar y comunicarse entre sí. Esto les permite aprender habilidades sociales como la cooperación, el trabajo en equipo, la negociación y la resolución de conflictos.
Por último, el juego libre también es un medio ideal para trabajar la condición física de los niños, las habilidades motrices y los diferentes componentes de la psicomotricidad. Cuando los niños juegan, están en constante movimiento, lo que les ayuda a desarrollar habilidades motoras finas y gruesas. También pueden desarrollar su equilibrio, coordinación y fuerza física a través de diferentes actividades de juego.
En definitiva, el juego libre es un vehículo conductor de múltiples beneficios para el desarrollo de los niños. Debemos dejarles tiempo libre para que este juego se potencie a lo largo del día en varios momentos diferentes. Y especialmente llevarlos al parque o entorno natural y permitirles jugar libremente. Las familias y educadores son claves para que este juego sea potenciado en el ámbito escolar y familiar.
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