El desarrollo motor en el primer año de vida

Comparte en RRSS

El desarrollo motor en el primer año de vida es uno de los aspectos más importantes en el crecimiento de un bebé. Durante este tiempo, el bebé experimenta una gran cantidad de cambios físicos y mentales, y desarrolla algunas de las habilidades motrices básicas que le permiten interactuar con el mundo que lo rodea. Al principio, el bebé no puede hacer mucho más que mover sus brazos y piernas de manera descoordinada, pero con el tiempo, aprende a controlar sus movimientos y a coordinarlos para alcanzar objetos, sentarse, gatear, ponerse de pie y finalmente caminar. Conoce en este post algunos de los hitos más importantes en el desarrollo motor del bebé de hasta 1 año de vida.

Aspectos a tener en cuenta

Como sucede en todas las etapas, y especialmente en esta primera etapa del desarrollo humano, es importante tener en cuenta las individualidades y ambiente del bebé. Por lo que pueden encontrarse diferentes ritmos de desarrollo. Ante la sospecha de la ausencia de algunas de las características abordadas en cada franja etaria podemos avisar a un profesional sanitario para que haga las evaluaciones oportunas. El desarrollo motor del bebé se rige básicamente por tres leyes: Ley céfalo-caudal, ley próximo-distal y ley flexora-extensora. Esto implica que el bebé primero desarrolla su cabeza para poco a poco ir desarrollando otras zonas corporales. También se desarrollan antes todas las estructuras próximas al eje central del bebé, por lo que los dedos de las manos y pies serán los últimos en desarrollarse. Y finalmente el bebé se irá despojando de la postura de flexión que tienen todas sus articulaciones a una extensión completa.  Vamos a ver ahora algunas de las etapas más importantes de este primer año de vida.

¡Bienvenido al mundo! (0-2 meses)

En esta primera etapa predominan las sensaciones de displacer, son frecuentes las molestias gástricas, hambre, incomodidad por el pañal, dolores internos, etc. El adulto irá conociendo poco a poco a su bebé e identificando que le pasa en cada momento. Al inicio no sabrá por qué llora pero la experiencia se lo irá facilitando.

Es una etapa también llena de reflejos que nos indican la salud del bebé. La ausencia de un reflejo puede indicar una anomalía, por lo que se deberá comprobar si todos los reflejos propios de estos meses están funcionando bien.

Explorando el propio cuerpo (3-4 meses)

Durante el período de 3 a 4 meses de vida, el bebé experimenta un rápido desarrollo motor y alcanza varios hitos importantes, algunos de los cuales son:

Control cefálico: el bebé comienza a desarrollar la capacidad de controlar su cabeza y cuello de manera más efectiva. Esto significa que el bebé puede levantar la cabeza mientras está acostado boca abajo, y sostenerla por períodos más prolongados de tiempo.

Patrones de movimiento: el bebé comienza a desarrollar patrones más coordinados de movimiento, como mover sus brazos y piernas en sincronía. También comienza a descubrir sus manos y dedos, y puede llevarse objetos a la boca.

Fortalecimiento muscular: el bebé comienza a fortalecer sus músculos, y esto le permitirá adquirir nuevas posturas como sentarse o mantener el peso de la cabeza.  

Reflejos: Empieza a perder algunos reflejos primitivos, como el reflejo de agarre palmar y el reflejo de Moro. En su lugar, el bebé comienza a desarrollar reflejos más específicos para la alimentación, la succión y la deglución.

Interacción social: el bebé comienza a desarrollar habilidades sociales y de comunicación, como sonreír, balbucear y seguir objetos con la mirada. También comienza a mostrar preferencias por ciertos colores, sonidos o texturas.

Explorando el entorno más próximo (5-6 meses)

En esta etapa aumenta considerablemente el desarrollo motor del bebé, permitiendo los siguientes aspectos:

Control de la cabeza:  A los 6 meses, el bebé puede sostener su cabeza en posición vertical mientras está sentado sin apoyo.

Control de tronco: el bebé comienza a desarrollar la capacidad de sentarse sin apoyo durante períodos cortos de tiempo. Es importante recordar que, aunque el bebé puede sentarse con apoyo, aún no tiene la fuerza muscular para sentarse por largos períodos de tiempo, esto lo conseguirá en la siguiente etapa 7-8 meses.

Desplazamiento: el bebé comienza a desplazarse por el suelo, rotando de la espalda al estómago y viceversa. También puede comenzar a arrastrarse o reptar sobre el vientre.

Coordinación ojo-mano: el bebé comienza a desarrollar la coordinación ojo-mano, lo que significa que puede alcanzar y agarrar objetos con mayor precisión. El bebé también puede transferir objetos de una mano a otra. Puede ser el inicio de la coordinación óculo-manual.

Interacción social: el bebé comienza a mostrar un mayor interés en las personas y en su entorno. Puede sonreír, hacer gestos y balbucear en respuesta a la interacción con los demás.

Pasa tiempo jugando (7-8 meses)

En esta etapa el bebé puede empezar a gatear. Es importante destacar que si un bebé no gatea no significa que tenga un problema, hay bebés que no gatean. Pero sí que se pueden hacer algunos ejercicios específicos para favorecerlo, y esto supondrá una experiencia más para el bebé. 

En esta etapa se produce también una mejor coordinación de la mano y es capaz de soltar los objetos con más facilidad, de hecho le suele gustar coger y soltar cosas. También aparece la trepa horizontal y la reptación, desplazándose el bebé por la habitación. 

Explorando la casa (9-10 meses)

Esta etapa puede considerarse el inicio de la localización espacial y el movimiento de agarre de pinza. También puede considerarse el inicio del sentido del ritmo, ya que algunos bebés moverán su cuerpo si escuchan música. Les suele gustar los juegos de encajar figuras (localización espacial) y el movimiento de agarre es más específico (pinza).  Esto es gracias a un mayor control de los dedos. En cuanto a bipedestación esta se puede lograr con apoyo pero con bastantes dificultades en la mayoría de los bebés. El gateo y la reptación se hacen más sofisticados permitiendo al bebé tiempos mayores de desplazamiento que le invitan a salir de la habitación y recorrer toda la casa en busca de estímulos. Mucha precaución con los enchufes y otros objetos que pueden provocar daño.

Ponerse de pie ¡El gran reto! (11-12 meses)

Y llegamos al final del primer año de vida con un montón de aprendizajes motores adquiridos. Pero todos culminarán con la bipedestación y el placer de observar el mundo real desde otro punto de vista. Lograr ponerse de pie le produce al bebé mucha satisfacción, esto se consigue gracias a un sistema sofisticado de equilibrio, fuerza, praxia gruesa y estructuración espacial. No todos los bebés lo alcanzan a los 12 meses, algunos pueden ir hasta 18 o 24 meses. Lo importante es estimularlos y establecer diferentes juegos y ejercicios para fortalecer su musculatura y facilitarle así la bipedestación. 

Si te gustó, te animo a comprar mi último libro sobre propuestas pedagógicas para la etapa de 0 a 6 años, click aquí


Comparte en RRSS

Sé el primero en responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *