A través de este post el prestigioso investigador de Boston Collegue, Peter Gray, nos presenta tres funciones evolutivas principales del juego. Iré publicando en mi blog nuevos post vinculados a la obra de Peter Gray, tras un acuerdo de colaboración para difundir su obra en español.
Introducción
Este post es una traducción del post original en inglés publicado por Peter Gray en su blog. Está redactado en primera persona por su autor.
En mi última carta pregunté qué es el juego y respondí definiendo el juego como una actividad (1) autoelegida y autodirigida; (2) intrínsecamente motivado; (3) gobernado por reglas mentales; y (4) creativo y usualmente imaginativo. Ahora pregunto, ¿Por qué jugamos?
Primero, ¿a qué me refiero aquí con por qué? Soy psicólogo evolutivo, lo que significa que estoy interesado en la naturaleza humana y me pregunto por qué los aspectos de nuestra naturaleza surgieron por selección natural. Si un determinado impulso o tendencia conductual es universal y caracteriza a las personas en todas partes, como es el caso del juego, entonces es razonable suponer que el impulso o tendencia debe promover de alguna manera nuestra supervivencia y reproducción, o al menos lo hizo para nuestros antepasados. Si eso no fuera cierto, entonces los genes que subyacen al impulso o tendencia no se habrían acumulado durante generaciones en nuestra historia evolutiva.
Cualquier forma específica en que un impulso universal o tendencia conductual promueva la supervivencia de un individuo, o la supervivencia de los genes del individuo, se denomina función evolutiva de ese impulso o tendencia. Cuando los psicólogos evolutivos preguntan por qué existe un impulso o tendencia, están buscando su función o funciones evolutivas.
Se necesita relativamente poca imaginación o investigación para pensar en las funciones evolutivas de muchos de nuestros impulsos básicos. ¿Por qué experimentamos sed? Porque necesitamos agua para sobrevivir. ¿Por qué experimentamos hambre? Porque necesitamos comida para sobrevivir. ¿Por qué experimentamos lujuria sexual? Porque necesitamos reproducirnos sexualmente para que nuestros genes sobrevivan. ¿Por qué encontramos a los bebés tan adorables? Porque sin nuestro amor y el cuidado que genera nuestra descendencia no sobreviviría.
No es tan fácil pensar en las funciones evolutivas del juego, especialmente en un mundo en el que a menudo se lo considera una pérdida de tiempo, pero aquí hay tres amplias categorías de funciones respaldadas por la investigación y la lógica.
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1. El juego es un medio poderoso para practicar habilidades que promueven la supervivencia
Sugeriré en una carta futura que esta es la función primaria y original del juego. Las crías de casi todos los mamíferos juegan, y las investigaciones muestran que juegan principalmente en actividades que son cruciales para su supervivencia a largo plazo. Los depredadores jóvenes juegan a la depredación: a perseguir, abalanzarse, a capturar. Los animales de presa jóvenes juegan a esquivar y lanzarse, alejándose de los depredadores. Sostendré en cartas posteriores que los humanos jóvenes, cuando son libres de jugar tan plenamente como lo desean, juegan en todas las habilidades básicas que los humanos en todas partes necesitan para su bienestar, incluidas las habilidades motrices, constructivas, lingüísticas, de razonamiento, sociales y emocionales.
2. El juego es un motor para la invención
El juego, como parte de su definición, es siempre creativo y, a menudo, imaginativo. En el juego, a las personas se les ocurren nuevas ideas y creaciones solo por diversión, pero algunas de esas ideas y creaciones resultan útiles para promover la supervivencia. Nosotros, más que cualquier otra especie, somos el animal que sobrevive inventando cosas. Podemos habitar una amplia variedad de nichos y adaptarnos a los cambios en el entorno debido a nuestra inventiva, y gran parte de eso proviene del juego.
3. El juego es un medio para reducir la hostilidad y promover la cooperación
Somos una especie muy social. Nuestra supervivencia como individuos y como especie depende de nuestra capacidad para cooperar unos con otros. El juego social siempre requiere la participación voluntaria de ambos (o todos) los participantes, por lo que siempre es un ejercicio de cooperación. El juego une a las personas y crea las amistades y la confianza mutua que son esenciales para una existencia humana pacífica.
Eso es todo por ahora. La mayoría de las cartas futuras de esta serie serán elaboraciones, con ejemplos y pruebas, sobre una u otra de estas funciones evolutivas básicas del juego. Pero espero que ya tengas una pista, ahora, de lo que quiero decir cuando digo que «el juego nos hace humanos». Si ahora te interesa mucho más sobre el tema, puedes descargar aquí un capítulo que escribí sobre las funciones evolutivas del juego para un libro académico.
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