En esta entrada os quiero hablar de un concepto que muchas personas no conocen y que algunos autores ya han abordado en sus obras, el efecto multiplicador.
Es un término importado del ámbito de la economía, teniendo lugar cuando una variable externa influye directamente sobre otra interna. En el ámbito de la educación implica un hecho, un suceso, una oportunidad que puede sellar el destino de una persona.
Casi todas las personas exitosas han tenido un efecto multiplicador
Piensa en alguna persona que destaque en el ámbito de la música, del arte, del deporte, de la cultura, de tu alrededor…o simplemente en una persona que ame lo que hace y disfrute día tras día de su profesión. Seguramente en todas ellas puedas encontrar la raíz de su éxito en el denominado efecto multiplicador.
Es cierto que no podemos asegurar que nuestros hijos o alumnos serán grandes deportistas, o grandes cantantes o escritores. La razón es sencilla, no sabemos si lucharán por ello. Pero sí que podemos enviar el mensaje de que pueden ser tan grandes como ellos quieran, aquí está la clave, en el esfuerzo, el compromiso, la resiliencia y la motivación. Y estas son el verdadero producto del efecto multiplicador.
Unas palabras, un gesto, una mirada, una experiencia… pueden ser claves
¿Qué tienen en común Jero García, Jesús Calleja o Iniesta? Todos ellos, como otras muchas personas más, han destacado en su ámbito profesional, todos tienen un mismo denominador común, un efecto multiplicador. En el caso de Jero los deportes de contacto provocaron un cambio en su vida, pasando de un entorno desfavorecedor a un entorno en el cual empezaría a destacar. Jesús Calleja siempre tuvo claro que quería vivir viajando y estar en contacto con la naturaleza, pasó por muchos pequeños trabajos a los que atendió con el mayor mimo que podía, porque sabía que cada uno de ellos, aunque no le gustasen, constituían un peldaño de la escalera hacia el éxito que buscaba. Sus primeras crónicas de su subida al Everest publicadas por el Diario de León fueron el efecto multiplicador para alcanzar el éxito que tiene actualmente. Y Andrés Iniesta siempre tuvo pasión por golpear el balón y desde pequeño con tan solo 8 años consiguió que sus padres lo apuntasen en las pruebas de selección para las categorías inferiores del Albacete Balompié.
El efecto suele ser en la mayoría de las ocasiones externos a la persona, un reconocimiento a la labor desempeñada, un respaldo por parte de los padres a los intereses de un niño, unas palabras de un profesor, la práctica de un deporte o proyectar la mirada en otra persona exitosa. Tener esta oportunidad hace que se multiplique el deseo de luchar por algo que se quiere.
Hay muchos niños que quieren ser grandes deportistas, pero sin embargo no practican a todas horas ni muestran interés cuando en condiciones duras hay que ir a entrenar o competir.
A veces es también la falta de autoestima o autoconfianza la que provoca que infravaloremos nuestras capacidades o habilidades y creamos que nunca seremos buenos en algo determinado. Pero el éxito no siempre depende de las habilidades de uno mismo, hay otros aspectos que pueden ayudarnos.
El efecto multiplicador consiste en, a partir de una chispa, hacer detonar un cúmulo de circunstancias en tu entorno de tal forma que todas se alineen para conseguir un mismo objetivo, un sueño planificado.
Víctor Arufe
Necesitamos familias y docentes que estimulen el efecto multiplicador
Si dedicásemos tiempo a ver las aptitudes y sueños de nuestros hijos y alumnado y además les ofreciésemos la posibilidad de conseguirlos, seguramente tendríamos actualmente más personas exitosas. Pero como ya comenté en más de una ocasión si un niño quiere disfrutar del placer de tocar el piano en la escuela, esta no se lo permite, ni siquiera si quisiese tocar la flauta, las horas son las que son y el rumbo de cada niño está marcado de antemano y por decreto, caminando todos por un mismo sendero.
Pero no olvidemos que en nuestras manos, en nuestras acciones, en nuestras miradas, en nuestras palabras, en nuestras conductas y en las oportunidades que ofrezcamos está parte del efecto multiplicador que puede ayudar a un niño a convertir su sueño realidad.
El aprendizaje experto, un libro que te gustará
No quiero terminar este post sin hablar de este magnífico libro que cayó en mis manos y que sirvió de inspiración para redactar este post. Su autor Gordon Stobart os explicará mucho más cómo funciona este efecto multiplicador, os dirá qué tiene en común Mozart, Beckham, Marie Curie o Steve Jobs, y aborda en sus 200 páginas todos los aspectos clave para que una persona triunfe y consiga ser experto en algo. Un libro muy recomendado para padres y madres pero especialmente para docentes de todas las etapas educativas.
Podéis conseguirlo en la web de la editorial Morata aquí
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