Muchos de nosotros hemos escuchado miles de veces hablar de educación de calidad. Sin embargo, pese a lo fácil que resulta hablar de educación de calidad es muy complejo confirmar que estemos ante ella. En este post te explico mi punto de vista sobre este término y los parámetros que debemos tener en cuenta si queremos dar respuesta a la pregunta ¿Estamos ante una educación de calidad?
Términos que venden en educación
Quiero empezar este post hablando de unos términos que a menudo salen de la boca de muchas personas y que su uso continuado parece que «vende» una educación de calidad. Me refiero a términos como «igualdad», «atención a la diversidad», «innovación», «integración», «inclusión educativa», «individualización de la enseñanza», «inversión en educación», «recursos para el profesorado», «excelencia educativa», y por supuesto «calidad educativa».
No puedo debatir cada uno de ellos en las 1000 palabras de este post, por eso, me centraré solamente en el concepto «educación de calidad».
La educación de calidad en el sistema educativo español
Lo primero, deciros que es atrevido por mi parte hablar de este término, de forma abierta y pública. Pero mi objetivo es que todos reflexionemos sobre qué es necesario cuidar y mimar para tener una educación de calidad.
Disculpadme las autoridades políticas si veis que este post no sigue la línea de vuestras actuaciones. Por supuesto, hay cosas muy bien hechas, bajo mi punto de vista, pero otras todavía necesitan mucho trabajo. En ningún momento pretende ser un ataque o menosprecio a lo que se está realizando en la actualidad.
¿Qué se necesita para conseguir una educación de calidad?
Simplemente solo requiere de cuidar 5 componentes clave.
1. La formación inicial y continua del profesorado
Profes, aquí no hay excusas y no se le puede echar la culpa al gobierno. La formación inicial y continua es algo que compete al propio docente. Aunque es cierto que los planes de formación inicial dependerán del gobierno y la legislación educativa. Pero la formación continua, el reciclaje y actualización de conocimientos, es clave para mejorar nuestra práctica docente. ¿Os imagináis a un docente que acabó la carrera en el año 1990 y sigue ejerciendo solo con esos conocimientos?. Uff, igual conocéis alguno incluso 🙁
Pero quedaros con la idea de que si queremos educación de calidad, un porcentaje está en nuestras manos.
2. La legislación educativa
Ahora sí, es turno para las autoridades políticas, pues solamente de ellas depende este factor. ¿Qué aspectos debemos tener en cuenta? Muchos, desde la ratio, al acceso de la función docente, currículums educativos, contenidos, evaluación, objetivos y competencias, metodología, etc. Son muchos los profes que están descontentos con los continuos cambios legislativos, que solo complican su labor docente y merman la calidad de esta. En España ya hemos pasado por muchas leyes educativas, casi una por cada cambio de gobierno. ¡Esto no puede ser! Los protagonistas en educación deben ser los alumnos y no las autoridades políticas.
3. Centros, recursos e infraestructuras
Aquí la pelota va también para las autoridades políticas y los máximos mandatarios con competencia en gestionar recursos económicos. Todavía son muchos los profes que se quejan de la falta de recursos en su centro, de unas instalaciones deficientes, de ausencia de material de laboratorio o escolar, y de mil cosas más. Si tienes más de 40 años y visitas el centro donde has cursado Educación Infantil o Primaria (antigua EGB), seguramente veas que el tiempo no ha pasado por él, todo sigue allí intacto, salvo la pizarra digital y unos ordenadores que antes no estaban. Esto voy a dejarlo aquí porque me enfado. Recordemos que los centros educativos, como los hospitales, son espacios por donde pasamos todos, y su mimo y atención debe ser máximo.
4. Alumnado. Aprendizaje personalizado
¿Debe el docente motivar al alumnado o es este quien debe venir motivado?. Pues sí, la actitud del alumnado es clave para conseguir la educación de calidad. Un alumno debe venir con ganas de aprender, de disfrutar y de poder dar las gracias por tener una escuela cerca de su hogar. Aunque esto parezca algo obvio, todavía quedan muchos niños en muchos países que no tienen esta oportunidad que tienen los niños españoles. Así que, la educación de calidad requiere de la participación activa del alumnado, de su ilusión y emoción, de su ganas de sumar para crecer como una sociedad donde reine la convivencia y la educación.
5. Las familias. El entorno familiar
Familia y escuela siempre ha sido un binomio que en ocasiones produce una relación de amor-odio, y en otras odio-odio o amor-amor. Las familias deben sumarse al proyecto docente del centro y al proyecto del propio docente. Deben estar aliadas con el docente para conseguir sacar lo mejor de cada niño. No pueden remar en contra, porque solo causará un perjuicio al niño. Por supuesto, para conseguir esto hace falta el entendimiento, el diálogo y la apertura del centro a las familias, y viceversa. Solo uniendo estas fuerzas conseguiremos una educación de calidad.
Y ahora la pregunta del millón ¿Crees que estamos ante una educación de calidad?
Si te animas, deja tu comentario en este post. Espero que te ayudase a reflexionar sobre este concepto y la complejidad que supone alcanzarlo.
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